La ciudad de Chihuahua enfrenta niveles preocupantes de contaminación atmosférica tras la tormenta de arena que se presentó desde la tarde-noche del sábado, afectando la visibilidad, la circulación vial y, ahora, también la calidad del aire que respiran los habitantes.
De acuerdo con datos emitidos por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno del Estado, la estación de monitoreo ubicada en el sur de la capital registró un nivel alarmante en partículas PM10, con una concentración promedio móvil ponderado de 12 horas de 280.3 microgramos por metro cúbico (µg/m³), lo cual se clasifica como “extremadamente mala” calidad del aire.
Este tipo de partículas, conocidas como PM10, son emitidas principalmente por el polvo, los vehículos, la quema de residuos y la erosión del suelo, y pueden afectar seriamente la salud de las personas al penetrar en las vías respiratorias, especialmente en población vulnerable como niños, adultos mayores y personas con enfermedades pulmonares o cardíacas.
En contraste, la estación ubicada en el Centro de la ciudad reportó una mejor condición. El nivel de ozono registrado durante la última hora fue de 0.042 partes por millón (ppm), lo que se considera una “buena” calidad del aire para ese parámetro específico.
Las autoridades recomiendan a la ciudadanía evitar actividades al aire libre, especialmente en la zona sur de la ciudad, así como mantener puertas y ventanas cerradas, utilizar cubrebocas si es necesario salir, y estar atentos a cualquier síntoma respiratorio.
La tormenta de arena que atravesó el estado de Chihuahua también dejó afectaciones en municipios como Ciudad Juárez, Ahumada, Aldama y Ojinaga, con reportes de reducida visibilidad, polvo en suspensión y acumulaciones de arena sobre carreteras y zonas urbanas.
